Sentidos

Saberlo a ud se me antoja colores y figuras extravagantes. No sé porque lo hago o porqué permito que cree sueños sabor a mandarina púrpura que me envuelven la cabeza en remolinos de algodón arremolachados y me dejan el rostro manchado varios días. Me hace temblar pensarlo cocinando Azaleas, todas con millones de lunares, que no le rememoran mi humanidad sino la de Marita o quién sabe que otra silueta etérea y airosa como yo o como ninguna otra. Tampoco puedo dilucidar por que me regalo a ud en diferentes colores y sonrisas con aromas ácidos, dulces y agrios mezclados con cigarrillo. Pero lo sigo sabiendo, por partes y fragmentos que me dejan conforme por una eternidad, el segundo eterno. Saberlo a ud no es solo una fiesta espasmódica de fucsias que deshielan a cualquier hoyo negro, negro, negro, ni nadar en las diferentes dimensiones monstruosas y tornasoles de colores que guardan melodías frankenstenianas, no es explorar tejidos carnosos y burdos que inducen a sus diferentes biosferas y que explotan en mi cama, no es solo deseo, no es afecto. Saberlo a ud es imagen, es potenciar a la 10 toda posibilidad de “creación”, toda capacidad de combinación. Saberlo a ud Apolo, no es conformarse con migajas de pan rancio que escupen guturales palomas doradas en la casa de Nariño, así ud sepa a marita, caita, dianita, saberlo es saberlo burbujeantemente saberlo como yo, y nadie más podría, hacerlo, por eso creo que lo sé.