Al FrEnTe

Qué puedo ver frente a mi ahora?
Un valor, dos valores, miles y miles y todo vale. Entramos a la tienda de los deseos... leemos en entrelíneas afecto, intenciones de estar allí y quedarse por más tiempo... seguimos sin rumbo y ya las líneas del suelo dicen que algo raro sucede. Pasamos una y dos calles, un paso más y sigo callando. Un poco más tarde solo deseamos salir corriendo... tal vez al llegar al fondo de la circunferencia pongamos un fondo negro y nos vendemos los ojos, de repente y nos den ganas de jugar a la gallina ciega o tal vez pintemos un arcoiris y dejemos que el iris se tome gran parte del espacio de la pupila.
Tal vez solo estoy contra una pared deseando cosas, tratando de “saber que nada es para siempre y aceptar”, pero a los seis años me hubiera gustado pensar si todo depende de mis valores y de lo que vales para mí.