jueves, marzo 24, 2005

La espina


originally uploaded by Oriana Aurelia.

Cuando despertaba solí­a mover toda la espina, tensionaba hasta casi quebrarse, decí­a que ignoraba la mejora real de los músculos, pero que creí­a que al aplicar tanta tensión, cualquier cosa que sintiera después serí­a un descanso.
Marí­a, su nombre. Solí­a caminar ridí­culamente por la calle con el vestido de fiesta negro. Lo habí­a cortado hasta las rodillas, los hilos caí­an a los tobillos. "de lo más lindo se ve". Sonreí­a. Salir con ella era toda una odisea, habí­a que pensar como llegar al destino de la forma más impredecible. Varias noches llegaba a mi casa con los ojos ahogados, decí­a que no habí­a podido llegar a tal o cual exposición, pelí­cula, baile, misa (?!) etc., porque no encontró ninguna forma impredecible de hacerlo. La agobiaba el concepto de personalidad. "encasilla a las personas, las hace predecibles".
Seguro que no podrí­a decir nada predecible de ella, excepto que querí­a ser impredecible y que además roncaba cada vez que ingerí­a licor. Las raras ocasiones que despertaba y aún estaba quieta, dormida a mi lado, llevaba el brazo debajo de la almohada, el puño cerrado. Su respiración, los cabellos desordenados... -suspira aliviado [recordarla es diferente]...¦ vivirla casi le rompe la espina--

miércoles, marzo 16, 2005

tUnEl


Busca más allá lo que nunca encontré, dime que juegas a las escondidas para que yo te encuentre, no parpadees porque me pierdo en tu mirada, de perfil tan cristalina, de frente tan profunda... abre cada pueta, ventana y poro, prende todas las luces para que encuentre el sentido profundo, pero no olvides que la luz debe ser mayor adentro así­, en la penumbra... la pupila se dilata y buscado la luz, la imagen, la figura... tal vez nos encuntre a ambos...

sábado, marzo 05, 2005

Mujer.


Finos bucles caen sobre su piel. Piel, ojos, labios, el mentón apoyado en mi (su) vientre, risa entrecortada que clava la barbilla en mi (su) hígado.
Ojos de anciana tienes…
Ya lo sabía.
Que piensas?
Me (le) mira, me (le) quema, de nuevo, con sus ojos de fuego y se abalanza hacia mi.

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