Descubrir.

Siempre, hay una idea fija, en cada ser, en cada persona, una idea que incita a respirar, a realizar los más grandes (y minusculos) proyectos de la vida. Una sola idea que nos acompaña hasta la muerte. Pocos podrían aceptar, alguna vez, cuál es exactamente, otros cuantos se dedicarían a descubrirla. Cerrar los ojos, abrirlos al mar de imagenes, palabras, entrar en las ideas y distinguir allí la base de todas. Ahí está.